martes, 17 de noviembre de 2009

Sutil conversación ficticia sobre hechos reales poco conocidos

1: Hay elefantes en el cielo?
2: Claro, de diferentes colores
1: Y con alas?
2: No pues, no seas tonta, los elefantes no tienen alas.
1: Y como vuelan?
2: Como pueden. Verás, no es fácil volar para un elefante, sobretodo para los verdes y los morados, porque tienen la costumbre de mirar para abajo y entonces se marean.
1: Sufren de vertigo?
2: De verelsuelo mas bien. Pisar tierra les da pánico.
1: Entiendo, pero y entonces como vuelan?
2: Pues no sé
1: No sabes nada entonces
2: Claro que sé, sólo que eso precisamente no. Creo que nadie sabe, ni los mismos elefantes.
1: Ah...
2: Lo que si sé es que según cuenta la leyenda un día un elefante cansado de sentirse pesado y gris decidió alejarse de la manada. Caminó mucho tiempo solo, sin nadie con quien conversar. Buscaba algo, no sabia que. Un día no mucho después de empezar a caminar, fue a parar cerca de un lago. En el lago se vió reflejado, y detras de él las nubes flotando en el cielo. Era un día claro y el sol brillaba así que para el elefante fue una visión inquietante. Nunca se habia percatado de la existencia del cielo. Siempre miró para abajo. Miró su triste trompa gris colgar aburridamente. Y ahora estaba ahí delante de él- bueno, debajo- reflejandose en el lago.
1: Y cuando volo?!!
2: No, ese no voló.
1: Tú me estas hueveando!... 
2: Jajaja... tu que no sabes esperar ni ver las cosas más despacio.
1: Y entonces que tiene que ver la historia con los elefantes voladores de ahora?
2: Bueno dejame terminar de contar...
1: Ya pues...
2: El elefante gris que miró el cielo reflejado se sintió inspirado, como si tuviese porfin una razon en la vida, una misión, un sentido.
Regresó lo mas rápido que pudo con la manada y no fue fácil porque acá no sólo se mueven las cosas sino también el suelo y entonces toma más tiempo pues. Como te decia, regresó con la manada para contarles de lo que habia visto. Los demas elefante no creyeron en lo que decía.
1: Que no creian?
2: Pues que había cielo, nubes y sol
1: Como? si siempre estuvo ahi todo eso
2: Es que esos elefantes no sabian mirar para arriba pues.
1: Ah carajo! me cagas con los elefantes...
2: Suele pasar, son animales misteriosos, pero dejame acabar la historia y no me vuelvas a interrumpir, esta bien?
1: Ya ya, me callo.
2: En que estaba? ah si! los elefantes no creían que hubiera todo eso que el otro elefante habia visto. No se rieron de él pero lo ignoraron como quien ignora una hormiga paseandose por sobre la rodilla. El elefante sin saber como hacer para convencerlos y sin lago cerca, ni idea de como encontrar otra vez uno, no se le ocurrio pedirles a los demas de la manada ir en busca de otro lago porque sabia que no irian de ninguna forma a caminar por ahi a menos que fuera extremadamente necesario...
1: ...
2: ....
1: ....y?
2: Y que?
1: Qué pasó pues?!
2: Ah, no se, ahora vuelan no?
1: Sigo sin entender que tiene que ver tu historia con los elefantes de ahora.
2: Bueh... pero por lo menos tú sí le prestas atencion a la hormiga paseando en tu rodilla no? jajaja y eso ya es bastante...

lunes, 16 de noviembre de 2009

M.O.R.

esta me la dijo alguien:

"con los colores revueltos
detras de sombras

y avestruces en palidas lunas llenas.

caracoles de mar
eco en los bolsillos
el pasado en la mirada.

no es que las huellas en la playa se las lleve el mar
sino que en tus pies queda la arena despues de bailar."

y yo pienso que tiene razon... aunque halla sido yo mismo, en un sueño que tuve... masomenos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

self

los monstruos mas feroces del desierto
el frio punzante en las palabras
el terror de perderse en el vacio
el olvido de tenerte entre mis brazos

las lejanas costas de los besos
y las pocas ganas de tenerlos
los glaciales mares que nadamos
sin pedir que nos guien las estrellas

mil formas de ser del alma
plastica virtud del cuerpo
cuando la prisa inunda mi sonrisa
y debajo de todo empuja una esperanza

no hago caso de dragones y tormentas
no hago caso de murallas ni temblores
no hago caso de murmullos de trompetas
ni de relampagos fugaces de llovisnas

he crecido con raíces muy profundas
y mis ramas tienen siempre una respuesta
sean flores o frutas del destino
no me queda otra cosa que sentirme

si pudiera ser distinto olvidaría
los atardeceres tibios de mis días
y no necesito amnesia en las mañanas
para fluir el tiempo lentamente

in the core de esta pestaña
se hinchan eternos resplandores
infinitos angeles terrestres
hechos de mis pies, manos y sudores

todos aman
como yo
cada diastole y sistole
y malgastar de mis alveolos
y sus alas que cobijan el destierro

el amor que colma los rincones
cambia magia por certeza
y pide perdon
hasta por culpas que cargan
retoños de su alma.

martes, 3 de noviembre de 2009

A propósito de un hexagrama.

Al cabo de las noches,
largas y frías,
del miedo y las angustias liberadas de sus jaulas
con el corazón en la mano
atravesado de pena y encostrado tras el viaje
y las batallas,
regresa el soldado
con su nueva alma,
remendada de heridas secas,
con el paso cansado,
las botas viejas,
el escudo lacerado,
la espada casi sin filo.

Pero en el abismo de su sueño,
aún encendida,
la llama de lo puro se mantiene,
cavilando con las brisas,
pero aferrada a su mecha.

Es la vida
la que por sus propias manos
se sostiene a lo que sabe
es la fuerza que la guía,
la intuición, casi lejana,
de un presente tan suyo.

Y el soldado no mira atrás,
no ya no,
porque las fuerzas que le quedan son
para llegar a casa solamente,
donde lo espera aquello
por lo que fue a arriesgarlo todo.